Dirigida por Javier Fesser, la película tiene por protagonista a Marco (Javier Gutiérrez), un prestigioso entrenador de baloncesto que, obligado a prestar servicios a la comunidad por conducción bajo los efectos del alcohol, comienza a trabajar con un grupo de chicos con discapacidad intelectual. A pesar de mostrarse reacio al principio, Marco terminará recibiendo increíbles lecciones de vida.
Este film me fascinó desde los primeros minutos, pues su historia nos permite, a través de situaciones cotidianas reales, la posibilidad de darnos cuenta de que lo que la sociedad considera "normal" no es necesariamente mejor que la vida que llevan las personas con discapacidad intelectual, y que lo importante al final es ser felices, y esta felicidad no entiende de cromosomas ni piezas de puzzle perdidas. Es triste que todavía hoy conceptos como integración, diversidad, igualdad de oportunidades, compañerismo, ilusión, pasión, respeto, equipo... requieran de un poco de reflexión por parte de nuestra sociedad, y este guión ayuda a hacer esa reflexión.
Es una de las películas que más me ha transmitido en los últimos años, pues a través de los personajes (con una actuación impecable por parte de todos ellos) salimos del cine cargados de valores positivos y siendo un poquito mejores personas.
Sin duda alguna, muy recomendable para ver con la familia y trabajar con los más pequeños para que se den cuenta de que, a pesar de nuestras diferencias, “somos una marea de gente, todos diferentes…remando al mismo compás”, como dice Macaco en su canción “Mensaje del Agua”.
Aquí os dejo el trailer de la peli: